Por Tatiana Adalid Fundadora de Niñas 4.0
En México, cada día se levantan más voces que alertan sobre las distintas formas de violencia que viven niñas, niños y adolescentes. Tan solo en 2024, se registraron 2 mil 243 homicidios de menores, casi 10 mil desapariciones y 9 mil 802 casos de violencia sexual atendidos en hospitales —de los cuales el 92% eran mujeres—, lo que representa un incremento del mil por ciento desde 2010, según reporta la Red por los Derechos de la Infancia.
¿Cómo hacer que el desarrollo de habilidades sirva para romper esos círculos de violencia que ahora dominan a muchas menores? Hoy, en el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, debemos guiar la conversación hacia cómo fortalecemos este desarrollo de habilidades para nuestras niñas, adolescentes y jóvenes, en contextos de inequidad, pobreza, vulnerabilidad y violencia.
La Organización de las Naciones Unidas ha puesto como foco capacitar a las y los jóvenes en la Inteligencia Artificial y los conocimientos digitales por el impacto que ello tendrá en los trabajos en el mediano plazo. Estamos conscientes de la importancia de fortalecer entre niñas y adolescentes las capacidades en el manejo de estas herramientas, así como en la ciudadanía digital, para hacer frente a los riesgos y amenazas que vienen con su adopción generalizada.
Sin embargo, la agenda de desarrollo de habilidades de las mujeres desde etapas tempranas debe tener consideraciones más profundas que únicamente la capacitación técnica. Las cifras ya nos alertan sobre la importancia de atender los retos desde un enfoque integral. Por ejemplo, en Latinoamérica, el empleo juvenil femenino tiene grandes retos por delante. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, la tasa de desempleo juvenil femenina fue 4.8 puntos porcentuales mayor que la de los hombres en 2023, además de que casi 26% de las jóvenes latinoamericanas no estudia ni trabaja, prácticamente el doble que sus pares masculinos.
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