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Por Susana Camacho*
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Entre los diversos tropiezos y el desatino de seguir adelante con la elección por voto popular de todas y todos los jueces del país, se detectó uno que apunta directamente a la inequidad e injusticia que marcará esta primera elección extraordinaria del domingo 1o de junio de 2025: el diseño de las boletas electorales. Tanto el INE como los magistrados que integran el Tribunal Electoral tuvieron la oportunidad de encarar los vicios que llevan a la inequidad en la competencia electoral de jueces y magistrados federales, pero simplemente decidieron no hacerlo. 

Las boletas en este primer ejercicio se caracterizaron por su complejidad: colores de boletas, colores en las boletas para distinguir entre 13 especialidades de jueces y magistrados federales, números para identificar personas candidatas, listas de nombres de hombres y mujeres candidatos, letras para identificar si fueron postulados por el Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial (aunque éstos últimos en realidad fueron designados por el Legislativo), recuadros de colores, número de cargos a elegir en cada distrito electoral-judicial, instrucciones de llenado, entre otros detalles. Además de que a diferencia de otras elecciones una boleta no equivale a un voto, sino que se tendrán que contar en una sola boleta los votos para diversos cargos jurisdiccionales. Los resultados de este rompecabezas electoral se verán reflejados en el número de anulaciones de votos.

Este diseño tan confuso, en realidad reflejó lo complejo de elegir a todo tipo de jueces mediante las urnas. Vale la pena señalar que las boletas fueron el resultado de una cadena de errores que arrastramos desde las primeras discusiones en el Congreso sobre la iniciativa del ex presidente López Obrador para reformar la Constitución. En esta cadena encontramos malas decisiones del Senado (por ejemplo, al hacer sorteos sin considerar necesidades de los servicios de justicia por región y materia), de la Suprema Corte que tuvo la posibilidad de ordenar la suspensión de la elección, hasta decisiones del INE y Tribunal Electoral que pudieron enmendar algunos errores de las boletas.

El Observatorio Electoral Judicial ha señalado junto con otras organizaciones de sociedad civil, cómo la manera en que se distribuyeron los cargos judiciales y las personas candidatas conducía a resultados anticipados aún antes de la jornada electoral del domingo. Esta situación, fueron detectadas tanto por el INE como el Tribunal Electoral, y sin embargo, no quisieron pronunciarse por alguna solución. Entre más han postergado las decisiones para enmendar estos errores, más grande es la sombra de discrecionalidad que recaerá sobre todo en las autoridades electorales. Y sin duda, ahora que se han emitido los votos ahora tendrán que pronunciarse.

El diseño de las boletas fue aprobado el 30 de enero de 2025, el 29 de marzo se ordenó la impresión de las boletas, el 19 y 20 de abril se presentaron las primeras solicitudes de juicio electoral por inequidad en la competencia electoral que resultaba del diseño de boletas. Nada de esto fue considerado, hasta el punto que las boletas utilizadas el domingo tenían estos vicios. 

El Tribunal Electoral tuvo que pronunciarse. Sin embargo, la mayoría de los magistrados optaron por desechar los reclamos, bajo el argumento de que las boletas ya habían sido impresas. Sin embargo, dicho Tribunal tuvo la posibilidad de ordenar al INE que emitiera lineamientos para enmendar condiciones de inequidad de la contienda electoral. Y tampoco lo hizo.

El INE por su parte, en abril emitió un “Informe sobre la elaboración de diseños de las boletas para las elecciones de Magistraturas de Circuito y Juzgados de Distrito del Poder Judicial de la Federación 2024-2025”. En este documento, el INE admite que hay casos que presentan desequilibrios en la competencia electoral. Sin embargo, tampoco el INE propone soluciones. Ahora tendrán que enfrentarse a la forma en qué se contarán los votos.

El resultado de estas decisiones y omisiones: marchas en contra, tómbolas, acordeones, leyes y boletas al vapor, recursos destinados a una elección que pudo emplearse para mejorar las condiciones de tribunales estatales, personas candidatas ligadas a delincuencia organizada o a patidos políticos, violación a reglas de campañas, etc.. Lo que nos jugamos es el funcionamiento de la justicia en México.

 Sobre esta primera elección para designar jueces pesará el defectuoso diseño en las condiciones de equidad electoral y las dificultades para ejercer un voto informado. La paradoja es que la elección que en el discurso prometía mejorar la justicia en México, ha demostrado en cada paso de su implementación ser injusta para las personas candidatas y para la ciudadanía. 

*Coordinadora del Programa de Justicia de México Evalúa, integrante del Observatorio Electoral Judicial.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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