Por Sonia Garza González
En la era digital, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son un pilar fundamental para el desarrollo social, económico y cultural de los países. En México, las mujeres desempeñan un papel cada vez más importante en este campo, aunque aún enfrentan serios desafíos.
Cabe destacar que la Agenda del Desarrollo Sostenible 2030 de la Organización de las Naciones Unidas incluye diversos objetivos, dos de ellos relacionados directamente con el desarrollo y empoderamiento de la mujer: Objetivo 5 “Igualdad de Género” y Objetivo 10 “Reducción de las desigualdades”. La consecución de ambos objetivos encuentra un punto de apoyo en el uso, disponibilidad e implementación de herramientas tecnológicas.
Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en México, las mujeres representan aproximadamente del 17% al 20% del total de profesionales TIC (programación, ingeniería en sistemas y ciberseguridad, etc.). Aunque ha habido un crecimiento en el número de mujeres egresadas, la brecha de género en el mercado laboral sigue siendo significativa. Por cada mujer empleada en TIC, hay casi seis hombres, según el IMCO. Es decir, aunque ha habido un incremento en los últimos años, la participación femenina sigue siendo menor en comparación con los hombres. Esto afecta directamente la equidad laboral y el crecimiento económico, ya que la subrepresentación significa que México no aprovecha todo su potencial humano.
Por otro lado, las mujeres mexicanas utilizan las TIC principalmente para actividades relacionadas con la comunicación, educación y comercio electrónico. Sin embargo, su acceso a dispositivos digitales y a internet todavía presenta brechas reveladoras, especialmente en zonas rurales y comunidades indígenas, donde la conectividad y la alfabetización digital son limitadas.
De acuerdo con el IMCO, el ritmo de contratación de hombres en este sector es mucho más acelerado que el de las mujeres, lo que amplía la brecha. El fondo de este rezago radica en que pesar de los avances, las mujeres en México enfrentan múltiples obstáculos, tales como:
Estereotipos y prejuicios sociales: Aún se cree que las TIC son un campo exclusivo para hombres, lo que desalienta a muchas jóvenes a interesarse por estas áreas desde temprana edad.
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