Document
Por Sofía Pérez Gasque Muslera

La próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha puesto de manifiesto una realidad ineludible: la falta de una unidad sólida entre los organismos empresariales de México y Estados Unidos. Si bien existen vínculos entre las cúpulas empresariales de ambos países, estos no son suficientes para representar la diversidad y complejidad de los sectores económicos involucrados. Esta fragmentación empresarial representa un obstáculo significativo para las negociaciones comerciales y limita la capacidad de México para defender sus intereses.

En México, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) es la organización más representativa del sector privado, pero coexisten otras asociaciones empresariales que agrupan a sectores específicos. Esta pluralidad, si bien enriquece el debate, dificulta la consolidación de una posición común ante los desafíos planteados por el T-MEC. En Estados Unidos, la situación es similar, con una multiplicidad de cámaras de comercio y asociaciones empresariales que representan a distintos intereses.

La ausencia de una voz empresarial unificada tiene consecuencias directas para las negociaciones comerciales. Al no presentar un frente unido, las empresas mexicanas pueden verse en desventaja frente a las estadounidenses, que cuentan con un mayor grado de coordinación. Esta falta de unidad puede traducirse en la pérdida de oportunidades de inversión y comercio, en detrimento de la economía mexicana. Además, genera incertidumbre entre los inversionistas y afecta la confianza en la economía del país.

Para garantizar el éxito del T-MEC y aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece, es fundamental fortalecer la unidad entre los organismos empresariales de ambos países. Esto implica establecer mecanismos de coordinación más sólidos, fomentar el intercambio de información y experiencias, y desarrollar una agenda común que aborde los intereses y desafíos compartidos.

La ampliación de la representación también es crucial. Es necesario asegurar que todas las empresas, independientemente de su tamaño o sector, tengan voz en las negociaciones comerciales. Solo así se podrá garantizar que los intereses de las empresas mexicanas sean debidamente representados y que el T-MEC se convierta en un instrumento para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo de ambos países.

La unidad empresarial es un factor clave para el éxito de las negociaciones comerciales y para el fortalecimiento de la relación económica entre México y Estados Unidos. Al consolidar una posición común y trabajar en conjunto, los empresarios mexicanos pueden contribuir a crear un entorno de negocios más favorable y aprovechar las oportunidades que ofrece el T-MEC.

Es necesario que los organismos empresariales de México y Estados Unidos se comprometan a trabajar de manera más coordinada y colaborativa. Solo así se podrá garantizar que los intereses de las empresas mexicanas sean debidamente representados en las negociaciones comerciales y que el T-MEC se convierta en un instrumento para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo de ambos países.

audio-thumbnail
🎧 Audiocolumna
0:00
/182.64

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.