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Por Sofía Guadarrama Collado

Al Inauguration Day asistieron por supuesto la élite republicana y los magnates como Jeff Bezos, Elon Musk, Sundar Pichai, CEO de Google, Mark Zuckerberg, Tim Cook, Shou Zi Chew, CEO de TikTok, Sam Altman, CEO de OpenAI, Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego, entre otros.

A diferencia de sus predecesores, que solían dar discursos de investidura solemnes, técnicos y diplomáticos, dirigidos a empresarios y políticos de todo el mundo, Donald Trump, como lo hizo hace ocho años, dio un discurso nacionalista, populista, polarizante, radical (y por momentos fascista), y terriblemente escrito… Idéntico a todos sus discursos de campaña. Al principio era evidente que estaba leyendo el prompter y que se sentía incómodo, aunque poco a poco se fue relajando. 

Como en todos sus discursos de campaña, Trump anunció que La era de oro de los Estados Unidos comenzaba en ese momento. «Mi elección es un mandato para dar la vuelta completamente a una venganza horrible y muchas otras que han ocurrido. Vamos a devolver a la gente su fe, su riqueza, y vamos a devolver su democracia y, de hecho, también su libertad. Desde éste momento, el declive de Estados Unidos ha terminado. Nuestras libertades y el destino glorioso de nuestra nación ya no volverán a ser negados. Y vamos a restaurar inmediatamente la competencia y la lealtad del Gobierno de Estados Unidos».

Donald Trump se autoproclamó el elegido de Dios para salvar a Los Estados Unidos

«Hace unos meses, en un campo de Pensilvania, una bala voló por mi oreja y lo sentí. Y ahora lo creo aún más, que mi vida la preservo por una razón: que Dios me ha permitido volver a hacer de Estados Unidos un país grande de nuevo».

Además de proclamarse el elegido de Dios, se denominó el libertador: 

«El 20 de enero de 2025, para los ciudadanos de Estados Unidos es el día de la liberación. Espero que mi reciente elección presidencial sea recordada como la elección más importante».

Agradeció a la comunidad negra e hispana por salir a votar. Y cómo López Obrador que hablaba de Benito Juárez, Trump se colgó del nombre de Martin Luther King. Inmediatamente se olvidó de los hispanos que votaron por él y que (seguramente muchos) fueron ilegales décadas atrás, para anunciar lo que tanto prometió en campaña:

«Hoy voy a firmar una serie de órdenes ejecutivas históricas y con estas medidas vamos a comenzar la completa restauración de Estados Unidos y la revolución del sentido común. Aquí, esto trata todo sobre el sentido común. Lo primero, voy a declarar la emergencia nacional en la frontera sur del país. Toda entrada ilegal será detenida inmediatamente y comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de extranjeros delincuentes a los lugares de los que venían. Vamos a restaurar la política de “Quédate en México”. Voy a acabar con la práctica de atrapar y soltar. Voy a enviar soldados y tropas a la frontera sur para repeler la vergonzante invasión de nuestro país. Bajo las órdenes que voy a firmar hoy, también vamos a designar a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras. Y al invocar la Ley de Enemigos Extranjeros en 1798, voy a ordenar al Gobierno a utilizar el inmenso poder federal para eliminar la presencia de las bandas extranjeras y redes delictivas que traen crimen devastador a territorio estadounidense, incluyendo nuestras ciudades. Como comandante jefe no tengo mayor responsabilidad que defender a nuestro país de amenazas e invasiones. Y eso es exactamente lo que voy a hacer. Lo vamos a hacer a un nivel que nadie ha visto antes».

Joe Biden, Kamala Harris, Bill Clinton, Hillary Clinton y Barack Obama no aplaudieron ni se pusieron de pie cada vez que la audiencia lo hacía para ovacionar las promesas radicales del 47º presidente de los Estados Unidos. 

También prometió reducir la inflación y declaró emergencia nacional energética. «Vamos a acabar con ese mandato del vehículo eléctrico para volver a salvar a los trabajadores del sector automovilístico de nuestro país». De igual forma prometió acabar con la censura y aseguró que promoverá la libertad de expresión. Y amenazó con recuperar el canal de Panamá.

Sólo reconocerá dos géneros, el masculino y el femenino.

«Esta semana pondré fin a la política de ingeniería social de raza y género en todos los aspectos de la vida privada y pública. Vamos a forjar una sociedad que no se fijará en el color (de piel) y basada en el mérito. Desde hoy será política oficial del gobierno de los Estados Unidos que sólo existen dos géneros, masculino y femenino».

Confirmó que cambiará el nombre del «Golfo de México» por «Golfo de América». Sin duda lo que sacudió a todo México fue el anuncio de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.

Vaya que el mensaje puso a temblar a Claudia Sheinbaum ya que horas más tarde, el canciller Juan Ramón de la Fuente y los secretarios de Seguridad, Marina y Defensa, llegaron a toda prisa a Palacio Nacional.

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@SofiaGuadarramaC

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