Por Sofía Guadarrama Collado
Durante la campaña presidencial de 2024 en los Estados Unidos, la imagen de la subsecretaria de Salud de los Estados Unidos, Raquel Leland Levine, fue expuesta con crueldad a nivel nacional. Su pecado, según Donald Trump, era su identidad de género.
Raquel Levine era la mujer —abiertamente— transgénero de más alto rango en el gobierno de Estados Unidos, por supuesto, durante la administración Biden, quien además nombró vocera de la Casa Blanca a Karine Jean-Pierre, quien se ha declarado abiertamente gay.
En 2020, Sarah McBride fue electa senadora por el estado de Delaware, con lo cual se convirtió en la primera persona trans electa senadora.
En 2011, la abogada estadounidense Victoria Kolakowski se convirtió en la primera jueza abiertamente transgénero de los Estados Unidos.
En 2008, Amanda Renae Simpson fue elegida delegada de Arizona para la Convención Nacional Demócrata. En 2009, recibió el nombramiento de la administración Obama, como asesora técnica principal de la Oficina de Industria y Seguridad. Fue la primera persona transgénero en dirigir una organización del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
En 2009, durante la administración de Barack Obama, Dylan Orr se convirtió en el primer hombre trans en ser contratado para un puesto en una administración presidencial estadounidense, como asistente especial en la Oficina de Políticas de Empleo para Personas con Discapacidades.
En 2008, Stu Rasmussen se convirtió en la primera alcaldesa (de Silverton, Oregón) abiertamente transgénero de la nación.
En 2017, Phillipe M. Cunningham fue el primer hombre transgénero de color en ser elegido concejal por el distrito 4 de Minneapolis.
Hasta antes del inicio del segundo mandato de Donald Trump, había 77 personas transgénero, no binarias, intersexuales y de género no conforme que ocupaban cargos públicos en Estados Unidos.
Barack Obama implementó varias medidas en favor de la comunidad transgénero en los Estados Unidos, como:
• La prohibición de la discriminación basada en la identidad de género por parte de proveedores de atención médica y compañías aseguradoras.
• La implementación de directrices federales que facilitaban el acceso a baños públicos a alumnos y alumnas transgénero.
• La promoción de derechos humanos de la comunidad LGBTTTIQ+ en la agenda internacional.
• El nombramiento de embajadores y representantes abiertamente homosexuales para promover los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+ en el extranjero.
El gobierno de Joe Biden restauró, mantuvo e implementó las mismas medidas para apoyar a la comunidad transgénero en los Estados Unidos:
• Protección en el acceso a la salud.
• Apoyo a jóvenes LGBTTTIQ+.
• Programas para ayudar a los jóvenes con problemas de salud mental y personas sin hogar.
• Promoción de los derechos humanos.
• Combate a la criminalización del estatus o las conductas LGBTTTIQ+.
• Protección a refugiados y solicitantes de asilo LGBTTTIQ+.
• Reconocimiento de identidades de género.
• Protección contra la discriminación en el empleo.
Todo eso desaparecerá con el gobierno de Donald Trump. De hecho, desde el segundo día de la administración, Elon Musk, en su rol dentro del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), eliminó la Dirección de Diversidad, con lo cual se revocarán las protecciones para las personas transgénero y se terminarán los programas de diversidad, equidad e inclusión dentro del gobierno federal.
Tal y como Trump amenazó en su toma de posesión, sólo reconocerá dos géneros: masculino y femenino. Esto representa serias amenazas para la comunidad LGBTTTIQ+. La falta de programas de diversidad generará serios problemas de salud física y mental. Aumentará la marginación, la discriminación, el acoso en escuelas, centros de trabajo y lugares públicos, los crímenes de odio y los suicidios dentro de la comunidad trans.
Según datos de TGEU (Transgender Europe), entre 2022 y 2023 se reportaron 320 asesinatos de personas trans en todo el mundo. Desafortunadamente, la mayoría de los asesinatos de personas trans en todo el mundo no se denuncian o no se reportan correctamente. Por ejemplo, en México, los asesinatos de personas trans suelen registrarse como «hombre vestido de mujer fue asesinado». También se desconoce el número de personas transgénero que se suicidan.
En el último año, en Estados Unidos se registraron 36 homicidios como crímenes de odio a personas transgénero. En México, 51. La tasa de suicidio de las personas trans es 3.5 veces más alta que la población en general.
La comunidad trans en los Estados Unidos está en grave peligro. En casos como éste, la democracia es una maldición ya que las minorías no somos nada. No valemos nada para las mayorías.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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