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Por Rocío Correa
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Piensen solamente en lo que está sucediendo hoy en México. De hecho, se están utilizando drones entre cárteles para atacar a los adversarios. Imaginen un dron que se mueve y que va con el reconocimiento facial a reconocer el objetivo. Esta tecnología es la utilizada en el frente de la guerra Rusia-Ucrania.” —Antonio Nicaso

Padova, Italia

Hace poco más de 10 días me encontraba en la presentación del libro “Una cosa sola”, escrito por Nicola Gratteri y Antonio Nicaso. El primero, Procurador de la República del Tribunal de Nápoles en Italia, hasta antes de septiembre de 2023 Procurador Adjunto del Tribunal de Reggio Calabria, la región más pobre del país y con el índice más alto de presencia de la mafia llamada ’ndrangheta. El segundo, profesor de historia social del crimen organizado en la Universidad de Queen’s en Canadá.

Al cártel de Sinaloa lo describen como uno de los más violentos a nivel global, que no solo se limita a cometer crímenes de corrupción, extorsión y tráfico de armas para proteger y promover sus propios intereses en el narcotráfico. Se trata de un cártel, dicen, que obtiene grandes ganancias con el tráfico de seres humanos y que cuenta con una relación estratégica y muy estrecha con organizaciones chinas para el reciclaje de dinero y que son las que lo proveen de precursores químicos.

Y de aquí me ligo a preguntar: ¿Es un error declarar terroristas a los cárteles mexicanos? Lo acaba de hacer el presidente electo Donald Trump el 22 de diciembre, después de semanas de especulaciones sobre una posible invasión de Estados Unidos a México en una lucha frontal contra los cárteles mexicanos de la droga una vez que tome el poder.

Mi pregunta anterior también tiene que ver con la respuesta inmediata al presidente americano por parte de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum: “Nunca nos vamos a subordinar. México es un país libre, soberano e independiente. Y no aceptamos injerencismos en nuestro país.” Entonces, ¿es un error declarar terroristas a los cárteles mexicanos?

Pero dejo a ustedes la respuesta a mi pregunta…

Gratteri nos cuenta:

“En los últimos dos años han pasado dos cosas. Ha habido una fuerte aceleración del mundo de la tecnología y la informática con softwares muy sofisticados y, al mismo tiempo, una miopía de parte del poder político.

En el primer aspecto, ha sucedido que la punta avanzada, la parte rica de la mafia —y sea claro que me refiero a esa que, detrás de una pared, tiene una habitación llena de oro— compra todo lo que está a la venta: hoteles, restaurantes, tiendas comerciales, lo cual le sirve solo para reciclar, solo para llevar a la luz del sol ese dinero que ya tienen afuera a vista de todos.

Ahora está llevando las cosas mucho más allá. Desde hace pocos años hay una mafia evolucionada, de la que se habla con mayor profundidad en el libro. Una mafia que trabaja en el dark web. ¿Qué es el dark web? Les hago ejemplos quizá no propios, pero que ayudan a entender cómo funciona.

Para entender el tamaño del dark web, imaginen internet grande como un lago; el dark web es el océano. Imaginen internet grande como el mundo; el dark web es el universo.

Para entrar al dark web es suficiente un teléfono celular para engancharse a un software específico que permite el ingreso. Pero, otra vez, ¿qué es el dark web? Es un gran supermercado, una tienda de mayoreo. ¿Pero qué se va a comprar en el dark web? Se va al dark web a comprar el cuerpo de una persona, a comprar un arma de guerra —de esas que se están usando ahora en la guerra Rusia-Ucrania—. Yo puedo comprar 2 mil kilos de cocaína estando sentado aquí en este sillón. No es necesario que yo vaya a la selva de la Amazonia.

Esta revolución, esta nueva manera de delinquir, hace que deban cambiar todas las maneras de razonar en los procesos de investigación, de cómo contrarrestar el fenómeno, también desde el punto de vista legislativo y de cómo equiparse para esta élite de mafia.

Obviamente no se está hablando de todo tipo de mafias. No todas son capaces de hacer esto que estoy explicando, pero es necesario pensar que hoy en gran parte del mundo, las policías y los cuerpos de seguridad no están provistos de los instrumentos necesarios para combatir esta nueva tipología de mafia.

Las mafias de élite son organizaciones criminales capaces de construirse plataformas con “nuevos WhatsApp”, “nuevos Telegram”, en grado de hablar sobre nuestras cabezas.

Pues bien, es tiempo de que el poder político, de que los legisladores, se equipen y creen sistemas normativos proporcionales a esta nueva realidad. Se está hablando de algo nuevo, revolucionario. Se está hablando de que, de ahora en adelante, a las redes mafiosas deberemos irlas a buscar en el dark web.

Decir que el escenario se presenta como ¡un reto gigantesco! parece decir poco, cuando se percibe casi insuperable después de escuchar al profesor Nicaso completar estas revelaciones del “Matrix”, donde el mundo analógico es siempre menos y la realidad virtual es siempre más…

“Crear mercados digitales significa poder vender droga con el mismo sistema de Amazon, solo que Amazon vende bienes y servicios legales. Pero estos ‘son Amazon del mal’, donde se va a comprar el tipo de droga, el tipo de arma, incluso un sicario porque debo eliminar a alguien. Si a esto se agrega lo que estamos viendo en el ámbito del ‘metaverso’ y de la ‘inteligencia artificial’, las cosas se complican aún más.

En el libro contamos la historia de cuatro narcotraficantes que viven en cuatro países distintos del mundo y que, sentados en sus correspondientes sillones de casa, se encuentran en el ‘metaverso’ gracias a la ayuda de cuatro avatares. Los avatares, con las voces de los narcotraficantes, cierran un acuerdo para iniciar una serie de envíos de cocaína. En ese caso se logró algo muy difícil de alcanzar: interceptar una reunión de ese tipo. Pero entonces, ¿a quién se le imputa el delito? ¿Al avatar? Los narcotraficantes pueden comprobar no haber salido del país, incluso no haberse siquiera movido de sus sillones de casa. Hay un vacío en las normas sobre a quién corresponde la responsabilidad del delito. Esto es solo uno de los ejemplos.

Piensen solamente en lo que está sucediendo hoy en México. De hecho, se están utilizando drones entre cárteles para atacar a los adversarios. Imaginen un dron que se mueve con el reconocimiento facial para reconocer el objetivo. Esta tecnología es la utilizada en el frente de la guerra Rusia-Ucrania. De frente a esta situación, si no nos equipamos y no logramos entender la dificultad del momento, ¿cómo salimos de esta? No se trata de ser pesimistas u optimistas, pero una cosa salta a la mente: tenemos de frente una mafia o mafias siempre más visionarias con una mirada de largo alcance y políticos de visión miope.”

Comparto para la reflexión la dedicatoria que el profesor Antonio Nicaso me hace en su libro: A Rocío “ci sono loro, ma ci siamo anche noi.” “Están ellos, pero también estamos nosotros.”

*Rocío Correa es licenciada en Periodismo por la escuela de Periodismo Carlos Septién García. Constante re- inventora de sí misma. 

“Lo indecible no debe quedar en el silencio”. 


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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