Pamela Cerdeira

La cabeza fría de Claudia

Estamos viendo un espectáculo conducido por un showman que tiene la sartén por el mango.

Por Pamela Cerdeira

No me sorprendió que la imposición de aranceles fuera frenada de último momento. Esta historia ya la habíamos visto, solo que en ese momento Donald Trump se enfrentaba a un propagandista distinto.No olvidemos el “Acto de unidad en Defensa de la Dignidad de México y en Favor de la Amistad con el Pueblo de los Estados Unidos” en junio del 2019.

Esto fue lo que Donald Trump dijo en 2022 en un mitin en Ohio sobre las negociaciones con México durante su gobierno:

“Estoy ahí y digo, eh, esto es lo que vamos a hacer. Él entra y se ríe de mí cuando le digo que necesitamos 28,000 soldados a lo largo de la frontera, gratis. Me mira como si fuera gratis, ¿por qué haríamos eso? Necesitamos algo llamado ‘Quédate en México’, eso significa que nadie puede entrar a nuestro país hasta que los revisemos, y eso podría tomar meses y meses. Y él dijo que no haríamos eso. Así que lo miré y le dije: ‘No crees que vas a hacer esto, ¿verdad?’. Ellos dijeron: ‘No vamos a hacer nada de eso, ¿por qué haríamos eso? No te vamos a dar 28,000 soldados gratis’. Yo dije: ‘Sí lo harás, porque ahora es viernes por la tarde a la una y el lunes por la mañana a las 8 en punto voy a poner un arancel del 25% a todos los autos que ustedes nos robaron, nuestra industria robó, 32, cada auto que entra a los Estados Unidos va a tener un impuesto o arancel del 25%, y cada otro producto que vendan a los Estados Unidos será arancelado aproximadamente al 25%, a partir del lunes por la mañana a las 8 en punto’. Y me miró, dijo: ‘Señor, sería un honor tener 28,000 soldados en la frontera, sería un honor tener ‘Quédate en México’, queremos tener ‘Quédate en México’’. Nunca he visto a nadie doblegarse de esa manera. Dijeron que sería un honor tener 28,000 soldados gratis”.

Donald Trump utiliza la amenaza arancelaria para conseguir sus objetivos, y sus objetivos son meramente propagandísticos, al menos hasta ahora. Presume deportaciones masivas, pero los números de migrantes devueltos a nuestras fronteras no han variado mucho. Se queja de la migración, pero esta ha bajado considerablemente en los últimos años. La retórica de Trump necesita enemigos y culpables, se comporta como bully y miente todo el tiempo. ¿Cómo enfrentas a alguien así? No subiéndote a su tren. Al menos esa fue la respuesta de López Obrador y ha sido la respuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum. Apelar al nacionalismo, envolverse en la bandera, medirse el ego son babosadas que de nada sirven; esquivar un 25% de aranceles hace una enorme diferencia a los exportadores mexicanos y también, aunque Trump nunca lo admitió, a los consumidores estadounidenses.

Darle 10 mil miembros de la Guardia Nacional para cuidar la frontera es un acto simbólico. Ya estaban haciendo labores de seguridad en la frontera. ¿Quién los va a contar? Eso no quiere decir que no sea terrible: los migrantes, a los que con una cara les decimos que los recibimos con los brazos abiertos y les vamos a dar trabajo, son extorsionados lo mismo por criminales que por fuerzas de seguridad. Pero, al igual que Trump, lo primero cumple con el compromiso de la propaganda.

Quienes se enfocan en la parte del mensaje de Trump en la que señala complicidad del crimen organizado con el gobierno de México, lamento darles la mala noticia: le vale gorro. Si tiene pruebas, seguramente serán utilizadas para negociar algo que a él le convenga. Y en el fondo al gobierno mexicano tampoco le importa: ahí sigue Rubén Rocha Moya, a quien, por cierto, le van mandando miembros de la Guardia Nacional de 200 en 200 para tratar de controlar el problema de inseguridad. Si Estados Unidos quiere atrapar a un delincuente, no necesita un solo soldado en nuestro país, y ahí está la historia del Mayo Zambada como ejemplo. La clave está en que el Mayo fue aprehendido en tiempos de Biden; si hubiese sido una estrategia de Trump, estaría cual Godzilla dándose golpes de triunfo en el pecho con la camisa desabrochada.

Estamos viendo un espectáculo conducido por un showman que tiene la sartén por el mango. Darle por su lado para satisfacer a dos públicos, el de Trump y el mexicano, no es tarea fácil, y aquí sí viene bien la cabeza fría de Claudia.