Por Nurit Martínez
Una vez superado el año electoral, Morena se prepara para seguir ampliando su presencia nacional, que le permitan tener ojos en cada localidad, o en dado el caso, en cada casilla instalada en el país. La verdad desconozco si es por los tiempos de nuevos propósitos por el fin de un año y el arranque de otro más, pero en la construcción o fortalecimiento de esas redes no se usará la estructura del partido sino la de la Secretaría de Educación Pública (SEP), aprovechando que su titular y ex dirigente de Morena sabe cómo hacerlo.
En días pasados, la Secretaría anunció el despliegue de un grupo denominado “Servidores de Educación” para trabajar en la Estrategia Nacional de Construcción de Paz que se desarrolló en el Estado de México. La idea no es novedosa; se usó en la Ciudad de México en lo que se llamó Bienestar Educativo.
El programa de “Servidores de la Ciudad Educación” tuvo como propósito brindar atención a la comunidad educativa, cubrir el derecho a la educación, la cultura, la igualdad y la no discriminación, con la idea de atender los efectos del rezago educativo y la deserción escolar después de la pandemia de Covid-19.
En 2023, en la Ciudad de México se tuvieron entre mil 500 y mil 916 de servidores de tipo A y tipo B, a quienes se les destinaron 171.96 millones de pesos en salarios. Los 140 de tipo A tenían salario mensual de nueve mil pesos en promedio y el resto de 7 mil 550 pesos.
Esa cantidad es superior a los cinco mil pesos que en promedio reciben como salario los “facilitadores” que llevan educación a los más pobres del país.
Los servidores eran los encargados de “planear, organizar y llevar a cabo acciones sociales de participación en las escuelas: como realizar asambleas, detectar necesidades de mantenimiento menor o equipamiento en las escuelas, y lo mismo, entregar vales electrónicos.”
Es decir, consolidar un equipo de servidores de la educación para operar el Fideicomiso Bienestar Educativo de la Ciudad de México y difundir programas como Mejor Escuela, Uniformes Escolares, Útiles Escolares, Mi beca para empezar y Va Segur@.
En total, se enumeraban ocho actividades que iban desde visitar las escuelas públicas de la Ciudad de México, difundir el Fideicomiso, entregar apoyos económicos, cheques o vales electrónicos, así como integrar expedientes de beneficiarios de programas sociales, realizar actividades sociales e incluso apoyar las acciones que el gobierno pudiera determinar en el marco de la Contingencia de Covid-19.
Claro, bajo ese amplio paraguas, las acciones que se puedan determinar a nivel federal con este grupo en paralelo a los Servidores de la Nación, que el año pasado sumaron más de 20 mil integrantes en todo el país, se pueden atender acciones como generar una cultura de paz ante el avance del crimen organizado, encargarles acciones para generar una vida saludable ante el incremento de casos de obesidad, o lo mismo, vigilar cualquier proceso electoral, entre ellos, la elección de ministros, magistrados y jueces.
Al final, en la transformación del país, como en el amor, de todo se vale, y ¿por qué no que se valga de la educación?
De las primeras intervenciones de este grupo de servidores, de las que dio cuenta la SEP, se realizó en el Estado de México, en el municipio de Chimalhuacán, apenas unos días después de que el gobierno Federal desarticuló a un grupo del crimen vinculado con funcionarios públicos en la entidad.
La intervención de los servidores en esa localidad fue para promover las becas en los tres niveles: básica, bachillerato y educación superior, además de acciones para los sectores comunitario y de educación para los adultos.
Si vemos la perspectiva, el gobierno Federal tiene en esencial a los Servidores de la Nación, a los verificadores de Bienestar, al personal médico que asistirá casa por casa y ahora a los servidores de educación recorriendo las comunidades, recabando información sobre la población.
De hecho, ellos mismos ya son una fuerza disponible para los propósitos de la segunda fase de la Transformación porque deben entregar una identificación oficial, su CURP, brindar datos personales como comprobante de domicilio, fotografía y un currículum, así como firmar una carta compromiso de disponibilidad de horario que incluye los fines de semana y días festivos, entre otros.
Sea que los fines estén orientados a construir la paz, prevenir delitos, censar a la población para enlistar o actualizar los padrones de beneficiarios y llevar salud, no se puede obviar que haya un propósito de control electoral en las comunidades, a fin de prolongar el movimiento que cumplió 13 años.
Reza el dicho que “información es poder”, sólo que, si cada dependencia o programa va a habilitar a sus servidores para censar a la población, lo que tendremos es una lucha por las credenciales, digo, por los beneficiarios que aún no sabemos hacia dónde se orientarán y en qué tiempos, pero en efecto, el tiempo nos dirá.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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