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Por Nelly Segura

El polvo se levanta con cada auto que pasa por la carretera rumbo a Valle de Bravo. A un costado, una pequeña tienda de adobe resiste el tiempo y la pobreza. Adentro, apenas unas bolsas de papas cuelgan junto a unas cuantas botellas de refresco tibio. Sobre el mostrador, una grabadora con más de 30 años de antigüedad desgrana la voz de Chalino Sánchez:

"Ya se fueron las nieves de eneroY llegaron las flores de mayoYa lo ves, me he aguantado a lo machoY mi amargo dolor me lo callo”.

Una turista se baja de su auto y pide una cajetilla de cigarros. La niña detrás del mostrador, de no más de 12 años, toma una con un discreto círculo azul en la esquina, una marca silenciosa pero inconfundible. "Son 180 pesos", dice sin inmutarse.

—¿Por qué tan caro? —pregunta la turista, sorprendida.

La niña, con una calma ensayada, responde sin levantar la vista:

—Es por la renta.

Pero la "renta" no es el costo del local ni de la mercancía. Es el precio de sobrevivir. Un pago obligatorio al cártel que domina la zona, que cada semana envía a alguien a cobrar su parte bajo amenaza de quemar el negocio, desaparecer a la familia o simplemente matarlos. La niña no lo dice, pero lo sabe: su vida y la de los suyos penden de la voluntad de quienes imponen esa cuota. Vender cigarros al doble del precio apenas alcanza para cumplir con la exigencia y seguir respirando un día más.

Mientras tanto, en otro rincón del mundo, Donald Trump vuelve a la carga. Desde su campaña en Estados Unidos amenazó con imponer aranceles de 25% a los productos mexicanos y con calificar a los cárteles como organizaciones terroristas, lo que abriría la puerta a una posible intervención militar.

Allá, en los barrios de migrantes, los mexicanos en Estados Unidos temen por las deportaciones, por perder sus trabajos, por el futuro incierto de sus hijos nacidos en suelo estadounidense. Aquí, en México, los problemas son otros y más inmediatos.

Porque ¿qué más da si Trump cataloga a los narcos como terroristas y eso implica una incursión militar? Para los más pobres, eso solo significaría cambiar de bota sobre el cuello. El miedo no se iría, solo tendría otro uniforme.

En Washington, analistas y políticos discuten el impacto de los aranceles en la economía global. En México, con más de 7 mil muertos durante los primeros 100 días de la administración de Claudia Sheinbaum, la vida sigue con su propio cálculo de pérdidas y sobrevivientes. La prioridad no es la bolsa de valores ni el comercio exterior, sino llegar vivo al final del día. Cuando el crimen organizado decide cuánto cuesta una cajetilla de cigarros en una tienda perdida en la carretera, ¿qué tanta importancia tiene la guerra comercial con Estados Unidos?

La grabadora repite la misma canción. La niña toma los billetes, los guarda en una cajita  y, con la misma voz ensayada, agradece la venta. Afuera, el sol arde y el polvo sigue suspendido en el aire y los autos, uno tras otro, se van como las nieves de Chalino. 

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