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Por Marilú Acosta

Los movimientos del sistema solar no son circulares, sino elípticos, y eso hace que la distancia entre los planetas no sea constante. En promedio, Mercurio es el planeta más cercano a la tierra; de tamaño es como nuestra luna y no presenta grandes fenómenos meteorológicos (vientos, lluvias, relámpagos) por su atmósfera débil, razón por la cual en la noche la temperatura llega a -160ºC, mientras que su cercanía con el sol lo hace tener 400ºC en el día. Hay que tomar en cuenta que un día en mercurio (girar sobre su propio eje), equivale a 1408 horas terrestres (58 días y 16 horas) y un año (darle la vuelta al sol) le toma 88 días. Su día es lento, pero su año es extraordinariamente rápido, por eso lo llamaron Mercurio, el Dios que en sus sandalias tiene alas, para ser un veloz mensajero. A Mercurio se le asocia con la comunicación, el comercio, los caminos y los viajes.

En poesía existe una figura literaria que se conoce como metonimia: cuando se describe un concepto con el nombre de otro, siempre y cuando exista una relación entre ambos términos. Por ejemplo, la retrogradación del planeta Mercurio no existe como tal, la dirección hacia la que gira alrededor del sol no cambia, más bien es un efecto óptico que se da por la diferencia de velocidad en la cual gira la tierra y mercurio alrededor del sol. Desde la perspectiva terrenal parece que va hacia atrás, pero no es así, sólo va más rápido que la tierra. Decir mercurio retrógrado podría ser una metonimia, una manera poética de referirse a la ilusión óptica que acontece 3 o 4 veces al año, porque al dividir 365 días del año terrestre por 88 días del año mercuriano, nos da 4.1477 es decir, cuatro años mercuriales caben en un año terrestre.

Pues bien, Mercurio retrógrado va a suceder por segunda vez en este 2025, del 17 de julio al 10 de agosto, aunque unos dicen que es del 18 al 11, minucias. ¿Qué pasa cuando Mercurio “retrograda”? Aparece (en la tierra) una sensación de estancamiento o retroceso, lo cuál es lógico porque la tierra es la que va a menor velocidad, no Mercurio y esto en temas de comunicación, comercio, caminos y viajes, por lo que representa el Dios Mercurio. Es decir, divina y muy poéticamente le aventamos la responsabilidad al planeta de enfrente, con tal de no mencionar que es la tierra la lenta. Pero como diría Einstein, todo es relativo, porque un día en Mercurio tarda casi dos meses terráqueos, pero su año le toma poco menos de dos días.

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