Por Mariana Conde
No sé ustedes, pero a mí, el primer semestre del año me pasó como ráfaga de huracán en la costa y el fin de curso escolar terminó de arrollarme. Ya estamos en julio, y con él en los primeros días del verano, aunque en muchas partes del país parezca más bien otoño con tanta lluvia y viento.
Este período, mal denominado como “vacacional” como bien dijo Fátima Masse en su columna de hace unos días, puede significar para muchos de nosotros el doble de trabajo con los niños en casa 24/7. Pero si te vas unos días de vacaciones, si no tienes hijos y tu trabajo se ve más leve dado que son tus clientes quienes salen; si puedes gozar de un ritmo más suave, o por el contrario, si te agobia tanto quehacer y necesitas encerrarte en el baño por quince minutos a escapar a mejores parajes, he preparado esta lista de libros para colar un poco de lectura estival.
He tratado de elegir volúmenes que resistan las constantes interrupciones de tus bendiciones, de tus zooms o del ruido alrededor de ti en la playa, la casa de tus parientes montoneros o de trayectos en autobús, avión o carretera. No por amigables sacrifican calidad, son libros que yo releería gustosa en cualquier circunstancia, pero digamos que dejaremos a Sartre y Joyce para otra ocasión. Puedes elegir entre novela, cuentos cortos, poesía–ideal para encontrar solaz en tiempos reducidos– o ensayo.
Cometierra, de Dolores Reyes. Sigilo, 2020.
Además de ser toda una revelación de buena pluma, el tratamiento al penoso tema de los desaparecidos, que tan de cerca nos toca hoy en México, adquiere una forma inesperada, fresca y que deja huella. La protagonista tiene una manía, como el título lo indica, que descubrimos es en realidad un don, uno que duele y pasa factura. Esta primera novela de Dolores Reyes ha causado todo un movimiento de rebeldía literaria 2022, a partir de declaraciones de funcionarios argentinos que la consideraron escandalosa y no apta para ser usada en las secundarias de Argentina. Grupos de escritores y promotores de la literatura a ambos lados del Atlántico han organizado lecturas colectivas de Cometierra como actos de resistencia ante la censura. Independientemente de la controversia, el lenguaje, el ritmo, la trama, harán que no quieras parar hasta el final, aunque sea con muchas pausas.
Mi año de descanso y relajación, de Ottessa Moshfegh. Alfaguara, 2018.
No hay suceso, seguimos más bien el estado de ánimo de la protagonista, mismo que la lleva a tomar una decisión extrema y rara. A veces quieres matarla, a veces abrazarla y a ratos cierta exasperación. Una oda al no luchar en estos tiempos en los que seguimos pensando que siempre hay que hacer, mejorar, ganar. Como todo buen texto, te hace sentir cosas, aunque no todas sean armoniosas.
James, de Percival Everett. Seix Barral, 2025.
Ganadora del premio Pulitzer 2025 y del National Book Award 2024. James refríe la historia de Huckleberry Finn con una óptica nueva y profunda, levantando los mismos dilemas humanos y éticos, sin intentar hacer un revisionismo histórico. Vale toda la pena.
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