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Por Lillian Briseño

¿Realmente lo último que muere es la esperanza?

Después de casi una semana de mantener la esperanza de que los cinco tripulantes del submarino Titán estuvieran vivos, el jueves 22 de junio se extinguió toda posibilidad de que pudieran sobrevivir.  Ese día, se dio a conocer que la pequeña nave subacuática había sufrido una implosión que habría matado instantáneamente a toda la tripulación.  

Como mencionaba una de las fuentes, la mala noticia es que están todos muertos; la “buena”, que no sufrieron una agonía lenta y con una sensación de sofocación creciente.

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