Por Laura Pérez Cisneros
La primera visita internacional que realizó Donald Trump fue a Arabía Saudita en mayo del 2017, se encontró además de con el Rey, con el príncipe heredero Mohammed Bin Salman ahora de 39 años conocido simplemente con las siglas de MBS.
Cuando se miraron a los ojos se reconocieron : Dos hombres que van por la vida dando órdenes, polémicos, vengativos, que no negocian, imponen, impacientes, narcisistas, ambiciosos, rodeados de lujos que ni el genio de la lámpara de Aladino ha otorgado. Donald y MBS aman -literal- ser rodeados de oropel, ambos dirigen potencias, uno el país más poderoso del mundo, el otro, el mayor productor de petróleo del planeta .
Al príncipe heredero MBS no le interesa dar una imagen de filántropo o empático, nunca lo verás vendiendo periódicos o de voluntario cocinando, como el futuro rey de Reino Unido el príncipe William, o abrazando a los damnificados de la DANA en Valencia como lo ha hecho el rey Felipe VI de España .
Quien también funge como secretario de defensa de Arabia Saudí si tiene una prioridad: que occidente voltee a ver a su reino y a cualquier costo , por eso tiene una monarquía absoluta, La Casa de Saud gobierna Arabia Saudí desde 1744, y el príncipe MBS quiere pasar a la historia como el hombre que abrió su país al mundo y ser un “gobernante reformista”.
Ahí está la apertura que ha tenido la nación árabe , que las mujeres tengan más libertades pero también se violan derechos humanos del pueblo, compró a una de las máximas estrellas de fútbol el portugués Cristiano Ronaldo quien renovó contrato con el equipo de Al Nassr hasta el 2026, con un sueldazo de $200 millones de dólares anuales, el príncipe MBS sabe mover sus fichas y además ha convertido a “El Bicho” en un embajador en su país, al mostrar junto a su familia que Riad también es moderno, y lleno de lujos no sólo como los de Dubai o Qatar y a pesar de las críticas, el príncipe MBS ya amarró el mundial 2034 .
Pero este príncipe tiene los mismos genes vengativos como un Kim Jong–Un de Corea del Norte o un Putin de Rusia, luego de que su paisano el periodista Jamal Khashoggi lanzara críticas contra Bin Salman como columnista del diario “The Washington Post”, fue brutalmente asesinado en el año 2018 en la embajada de Riad en Turquía por un escuadrón de la muerte de MBS, su cuerpo, fue desmembrado. El príncipe MBS negó tener conexión en el asesinato pero sin decirlo deslizó un duro mensaje :”Quien se mete conmigo, acaba con su vida”.
Este hombre saudí quien en el primer mandato de Trump invirtió en la Unión Americana en los sectores de seguridad y energía, ahora ha doblado la oferta: invertir en los próximos cuatro años 600 mil millones de dólares en EU, pero Trump en su intervención en el Foro Económico de Davos calificó al príncipe saudí de ser “Un tipo fantástico” –primero vino la sobadita y el elogio – y luego lo instó -por no decir que lo comprometió - a que cierre la inversión en un Billón de dólares.
Este es el tipo de hombres de los que quiere rodearse Trump en puntos estratégicos del planeta para hacer crecer su imperio “MAGA” (Hacer de América grande nuevamente)
No necesita a su lado a tipos tibios, sino a quienes gusten de dar manotazos en el escritorio y aunque a veces sus deseos vayan en contra de la ley o la constitución -para eso están las órdenes ejecutivas- como lo presumió el Rey MAGA en su escritorio de la oficina oval, repleto de documentos firmados por él a horas de asumir su segundo mandato. Trump aboga por un mundo en paz y sin embargo, usa como arma los aranceles y los ha lanzado contra nuestro país, Canadá, la UE, Panamá , Groelandia y más. El presidente de EU sabe que el príncipe heredero saudí será un gran aliado en el mundo árabe y mientras, que corran los millones de dólares como ríos . “No son Cuentos de Hadas, son Historias Reales”
*Periodista multitask , apasionada por los asuntos internacionales , experta en realeza , observadora de vida Storyteller , tv host, radio afortunada y agradecida
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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