Culpable pero libre, libre aunque culpable

Ese juego de incongruencia revela que no hemos avanzado, que sigue siendo más fácil encontrar la aguja en el pajar que a un político comprometido y de convicción.

Lo suyo es la política a oscuras, sin conceder el apretón de manos, mucho menos la entrevista espontánea.

Lo que sí se puede discutir es el desgaste del pueblo ucraniano que sí quiere una negociación que termine con el conflicto.