Por Frida Mendoza
Si habláramos del clásico “domingo de bajón” la definición estaría en un domingo de debate presidencial… y así fue. Este segundo encuentro llegó, más que para incidir en el voto, sirvió para reafirmar las posturas de quien ya estaba decididx y para desilusionar más a quienes no ven nada nuevo.
A estas alturas de la semana, los análisis posdebate han florecido como margaritas en todos y cada uno de los medios y entre ellos hemos encontrado desde los que nos aportan y verifican la información como los risibles que prefieren centrarse en memes que no comprenden y hasta Taylor Swift es satánica.
Pero si algo se me quedó grabado tras escuchar a las personas que conozco y leyendo a muchas de mi generación en redes fue un concepto entre el mar de desilusión: el love bombing.