Por Flor Aydeé Rodríguez Campos*
La Declaración y Plataforma de Acción de Beijing es un hito global en políticas y considerada el plan de acción más progresista para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas en todo el mundo. Sin embargo, 30 años después de esta declaración, la idea de igualdad sigue siendo un pendiente y es que hemos perdido de vista que el comienzo del diálogo debe ser desde las esferas gubernamentales más cercanas a los contextos de las mujeres y las niñas como lo es “el municipio”.
Transversalizar la perspectiva de género es el factor que debemos tomar en cuenta para comprender que el municipio como organización política y administrativa juega un papel crucial en la igualdad de género, ya que al ser el nivel de gobierno más cercano a la ciudadanía puede diseñar políticas públicas y programas específicos para promoverla. La igualdad de género implica que hombres y mujeres tengan los mismos derechos y oportunidades, y los municipios pueden facilitar esto a través de diversos mecanismos aunque de acuerdo con cifras de ONU MUJERES tan solo el 15% de las alcaldías de nuestra región son ocupadas por mujeres.
Esta intención de diálogo entre municipios se ha llevado a un nivel internacional pues existe la Unión Iberoamericana de Municipalistas, que es una Asociación Internacional para el Desarrollo, sin ánimo de lucro, apartidista que trabaja en pro de la democracia y la gobernanza, siendo la incidencia de su actuación a nivel local y con los Gobiernos Municipales de todas las naciones de Iberoamérica, y también, a nivel supramunicipal a través de su labor con Organismos Internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Interamericano de Desarrollo y (BID) el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entre otras.
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