Por Flor Aydeé Rodríguez
Estamos a unos días de terminar el 2024 y es inevitable pensar que para las mujeres y nuestras causas, han sido 365 días de lucha constante y resistencia que ha dado como resultado el avance en algunas de las problemáticas que nos aquejan.
La violencia ácida es una de las causas que este 2024 resistió, pues distintas iniciativas de ley fueron presentadas en los congresos de los Estados con el fin de reconocerla y sancionarla. Nombrar a las sobrevivientes que siguen dando la batalla en los foros, espacios de opinión y mesas de trabajo es de suma importancia no solo para reconocer su valentía, sino la labor que incansablemente abanderan. Este es el caso de Carmen Sánchez, María Elena Ríos y Ana Helena Saldaña. Estas dos últimas siguen esperando justicia para ellas y luchando por las demás. Durante este año fueron constantes las llamadas de auxilio a través de las redes sociales; sin embargo, hasta hoy no hay justicia para María Elena ni para Ana Helena.
El 8M no pasó desapercibido; una vez más las mujeres tomamos las calles a lo largo y ancho del país y no es para menos: los feminicidios y las violencias siguen en aumento y no hay ley o política pública que ponga un alto. Marchamos conscientes de que la próxima vez que lo hiciéramos sería para exigirle no a un Presidente, sino a una compañera Presidenta, como lo escribió Vivir Quintana.
Los deportes femeniles en competencias internacionales fueron sobresalientes por parte de las atletas mexicanas en las distintas disciplinas, hecho que visibilizó la falta de apoyos no solo económicos, sino de cobertura por parte de los medios de comunicación. Una vez más, las mujeres dieron muestra de talento y tenacidad. Recordemos que en estos juegos olímpicos llevados a cabo en París, la delegación mexicana por primera vez en la historia llevó a más atletas mujeres que atletas hombres, siendo la abanderada la clavadista Alejandra Orozco. Debemos mencionar la destacada participación que tuvieron las atletas paralímpicas regalándonos medallas de oro, plata y bronce.
Este año también estuvo marcado por ser histórico en temas de elecciones, sobre todo a la presidencia, porque de acuerdo al panorama político, eran dos mujeres las que estadísticamente tenían más probabilidades de ser electas como Presidentas, y así fue como el 2 de junio fue electa la primera Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, Claudia Sheinbaum Pardo. Y sí, resulta histórico más allá de la simpatía o desagrado partidista, pues es un logro de un movimiento feminista y sufragista que inició hace muchos años cuando aquellas mujeres lucharon por que las mexicanas tuviéramos el derecho de votar y ser votadas. Sin embargo, durante la campaña rumbo a la presidencia fuimos testigas y testigos de la violencia política en razón de género que vivieron Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum. La cantidad de memes y discursos de odio respecto a sus capacidades e incluso a su aspecto físico fueron una constante y es que pareciera que entre más participación tenemos las mujeres en la vida política y pública, estamos más expuestas a ser violentadas.
La violencia digital nuevamente estuvo en el ojo de los medios de comunicación y de las colectivas feministas, por el caso de Diego N, quien presuntamente, a través de inteligencia artificial, ejerció este tipo de violencia en contra de sus compañeras de clases del Instituto Politécnico Nacional. La audiencia fue controversial por el resultado; no obstante, aún existen recursos legales en este proceso que pueden modificar la sentencia. Un gran logro fue el lanzamiento del primer chat con IA para apoyar a las víctimas de violencia digital que desarrollaron las integrantes del Frente Nacional para la Sororidad, las defensoras digitales y AuraChat. Y no menos importante, la Ley Olimpia sigue rompiendo fronteras en toda América Latina y llegó a Panamá.
Este año fue muy significativo para la lucha por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, pues hasta este 2024 son 19 estados los que ya han despenalizado el aborto en México y la marea verde cada vez sube más, pero a pesar de estos logros siguen las resistencias en algunas entidades como Aguascalientes, donde se restringe a 6 semanas la posibilidad de llevar a cabo un aborto, sin importar los estándares internacionales que ha establecido la Organización Mundial de la Salud.
Son avances importantísimos, pero la lucha y los retos siguen en este 2025, en el panorama nacional con las reformas constitucionales ya aprobadas en temas de igualdad y con la creación de la Secretaría de las Mujeres, y en el panorama internacional se cumplen 50 años de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, 30 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, 25 años de la adopción de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Mujeres, Paz y Seguridad y 10 años de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los ODS. No olvidamos a nuestras compañeras que luchan por sus causas, como las madres buscadoras, las que son víctimas de violencia vicaria, las que siguen siendo violentadas en cualquier espacio y no han encontrado justicia, les decimos que no están solas. Y si algo aprendimos este 2024 de las palabras de Giséle Pelicot es que la vergüenza ha cambiado de bando, porque estamos entendiendo que no es culpa de las mujeres atravesar situaciones de violencia.
Este 2024 lo cerramos conscientes de que juntas y de forma colectiva es como hemos logrado avanzar y que este 2025 estaremos más juntas para no retroceder y dar pasos más firmes.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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