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Por Fátima Masse

¿Cuál es la proporción de personas que se sienten sexualmente satisfechas? 

¿Cuál es el promedio de parejas sexuales que tiene una persona a lo largo de su vida? ¿Cuáles son las prácticas más comunes de sexo?

 

No lo sabemos. Tal vez nos imaginamos las respuestas a estas preguntas por ciertos prejuicios, opiniones de personas expertas o pláticas con nuestro círculo cercano, pero no hay estadísticas que las confirmen. 

 

La sexualidad es una dimensión fundamental en la vida de todas las personas. Sin embargo, a nivel global se sabe poco sobre ella más allá de conceptos básicos. Esto alimenta tabúes y limita la capacidad de quienes toman decisiones para mejorar la salud sexual de la población e informar de forma más precisa a las nuevas generaciones.

 

En diciembre de 2024, la revista británica The Economist publicó un artículo que afirma que en la mayoría de los países faltan encuestas para profundizar en los comportamientos sexuales. Si bien hay datos sobre natalidad y enfermedades de transmisión sexual, no hay suficiente información relacionada con el consentimiento, el placer o el contexto en el que ocurre el sexo. 

 

El artículo argumenta que entender el sexo no es solo relevante para cuestiones demográficas o de salud pública. Por ejemplo, la evidencia de Estados Unidos, India y otros lugares sugiere que entre 20 y 50% de los divorcios se deben a problemas con la intimidad emocional o física de las parejas. Y los divorcios afectan a las y los hijos e incrementan los gastos del hogar. Más información sobre sexo podría mejorar la dinámica de una familia y su economía, así como elevar la salud mental de sus miembros. 

 

Gran Bretaña, por ejemplo, tiene una de las encuestas más grandes y detalladas sobre sexualidad llamada Natsal (National Survey of Sexual Attitudes and Lifestyles). Esta nació a raíz de la pandemia de VIH-SIDA a mediados de los ochenta y se levanta cada 10 años. Sus datos han servido para identificar patrones clave para prevenir y tratar enfermedades de transmisión sexual, mejorar las políticas de embarazo adolescente, alertar sobre diversas formas de violencia e informar el debate público alrededor de estos temas.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.