Por Desirée Navarro
El diablo está en los detalles; hay señales que jamás pueden pasar desapercibidas. Los agresores no se hacen de un día para otro, ni de pronto, ni al momento. Las señales siempre están ahí, en cada gesto, en cada palabra. Cuando finalmente las vemos, muchas veces ya es demasiado tarde.
Hace apenas unos meses, se viralizó el caso de Melanie Barragán, víctima de violencia, que sufrió una golpiza que le dejó varias fracturas en el rostro, por las cuales estuvo a punto de perder un ojo. Pero las cosas no empezaron de la noche a la mañana. Christian de Jesús Rojas Martínez, su agresor, le obligó a hacerse exámenes médicos para “comprobar” supuestas infidelidades y “cerciorarse” de que no tuviera enfermedades de transmisión sexual. Aisló a Melanie de su familia y amigos, le forzó a tatuarse su inicial y a retirarse el DIU.
Son estas señales las que deberíamos ver con urgencia Estas conductas no son simples "malos tratos", son los primeros pasos de un feminicida en potencia.
Sí, es cierto que no se trataban de señales de violencia física, pero al ignorarlas, el final fue devastador: tres fracturas en la nariz, una fractura en la órbita ocular y traumatismo craneoencefálico.
Es crucial que los padres hablen con sus hijos e hijas, que les enseñen con amor y firmeza que, pase lo que pase, nadie tiene derecho a insultar, manipular, forzar, golpear o humillar a otra persona. Nadie, bajo ninguna circunstancia. Los padres deben advertir a sus hijas sobre los peligros que enfrentan si permiten cualquier tipo de violencia, por mínima que parezca. Debemos prepararlas para que, si alguna vez se sienten amenazadas o acosadas, puedan hablar sin miedo, con honestidad y confianza.
¿Cuántas muertes podrían haberse prevenido si los jóvenes tuvieran una clara conciencia del problema? ¿Cuántas mujeres podrían evitar ser literalmente secuestradas por sus parejas y sometidas a infinidad de abusos?
La violencia de género es una de las violaciones más infames a los derechos humanos. Afecta a mujeres, hombres, niños y niñas, pero las mujeres y las niñas son las que más sufren bajo este flagelo.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los principales delitos cometidos contra las mujeres son el abuso sexual (42.6%) y la violación (37.8%). En la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, se menciona que el 43.9% de las mujeres en México han sufrido violencia por parte de su pareja actual a lo largo de su relación.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública estima que en México, 10 mujeres son asesinadas al día. Solo el 26% de esos casos se investigan como feminicidios. En octubre de 2024, los datos fueron escalofriantes: 549 mujeres asesinadas, 2,214 desaparecidas y 1,894 víctimas de violación.
Hagamos conciencia sobre la vital importancia de la prevención de la violencia desde el noviazgo para que, a los primeros síntomas, las mujeres tengan la capacidad de terminar con ese tipo de relaciones y que sean capaces de hacer uso de su voz y así denunciar a quienes las violentan. ¡No estás sola!
*Desirée Navarro
Activista, escritora, defensora de los DDHH de mujeres y niños. Tiene una maestría en Responsabilidad Social Corporativa y se tituló de la Licenciatura en Publicidad y Mercadotecnia. Fue columnista 11 años en el periódico El Universal. Actualmente tiene su blog Es Posible Morir de Amor en el que entrevista a mujeres víctimas de violencia. Presidenta de la Fundación One Heart México y fundadora de Fundaciones Unidas.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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