Por Cristina Gutiérrez Salam
La madrugada del lunes 9 de junio el barco Madleen, perteneciente a la Coalición de la Flotilla de la Libertad, fue interceptado por el ejército israelí en aguas internacionales mientras se dirigía a Gaza para realizar una entrega simbólica de ayuda humanitaria. La embarcación iba tripulada por 12 activistas de distintas nacionalidades entre los que destacan la activista sueca Greta Thunberg y la diputada franco-palestina miembro del Parlamento Europeo, Rima Hassan.
El barco Madleen zarpó desde Catania, en Sicilia, el 1 de junio y tenía como objetivo romper el ilegal bloqueo israelí de Gaza y llevar una cantidad simbólica de alimentos para la hambrienta población del enclave. Horas antes de su detención, y después de que el gobierno israelí amenazara con recurrir al uso de la fuerza con “todos los medios necesarios” para evitar que el barco llegara a Gaza, varios miembros de la tripulación subieron a sus redes sociales videos pidiendo la intervención de sus respectivos gobiernos en caso de ser arrestados. “Si ven este video, hemos sido interceptados y secuestrados en aguas internacionales por las fuerzas de ocupación israelíes o por fuerzas que apoyan a Israel. Les pido a mis amigos, familia y compañeros que pongan presión sobre el gobierno sueco para liberarme a mí y a los otros lo antes posible”, declaró en un video pregrabado Greta Thunberg. La embarcación que viajaba con bandera británica, sin ningún tipo de arma a bordo y sin representar ningúna amenaza para Israel, fue detenida y desviada hacia costas israelíes desde donde se espera que los 12 tripulantes sean deportados hacia sus países de origen. “Estamos siendo atacados y se está cometiendo un crimen de guerra”, afirmó el activista brasileño Thiago Ávila a través de sus redes sociales poco antes de su arresto.
La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, declaró que “Israel ha violado una vez más sus obligaciones legales para con la población civil de la Franja de Gaza y ha demostrado su escalofriante desprecio de las órdenes legalmente vinculantes de la Corte Internacional de Justicia”. Asimismo, señaló que “la operación, llevada a cabo en mitad de la noche y en aguas internacionales, viola el derecho internacional y puso en peligro la seguridad de quienes viajaban en el barco”.
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