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Por Cristina Gutierrez
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La madrugada del viernes 2 de mayo, un barco que transportaba ayuda humanitaria con destino a Gaza fue atacado con drones en aguas internacionales frente a las costas de Malta. En el “Conscience”, una embarcación que forma parte de la “Flotilla de la Libertad”, iban embarcados treinta activistas en una misión humanitaria no violenta que pretendía desafiar el bloqueo terrestre y marítimo que Israel ha impuesto sobre la Franja de Gaza para entregar ayuda vital a la población del enclave. En la mañana de su salida programada, drones armados presuntamente israelíes atacaron la proa del barco provocando un incendio y una importante brecha en el casco; afortunadamente no se reportaron heridos entre la tripulación. El barco se dirigía a Malta donde se debía embarcar un gran contingente de activistas entre los que se encontraba Greta Thunberg, antes de partir hacia Gaza, a más de 1,600 kilómetros de distancia. La misión se había mantenido en secreto para evitar el riesgo de ser saboteada por las autoridades israelíes y está formada por voluntarios de más de 21 países. 

La Coalición de la Flotilla de la Libertad es una red internacional de activistas propalestinos que trabajan desde hace 15 años para poner fin al bloqueo israelí de Gaza y entregar ayuda humanitaria a la población. El ataque del viernes a una embarcación de la Flotilla de la Libertad no es un hecho sin precedentes. En 2010 Israel atacó un grupo de barcos de esta organización que navegaba aguas internacionales y transportaba 10,000 toneladas de ayuda humanitaria para la Franja de Gaza, matando a nueve activistas e hiriendo a decenas de personas, generando una serie de recriminaciones a nivel mundial. 

El último ataque a la Flotilla de la Libertad se da dos meses después de que Israel haya iniciado un bloqueo total al acceso de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Desde el 2 de marzo, Israel ha impedido la entrada de combustible, alimentos, medicamentos y demás ayuda vital al territorio palestino como una forma de castigo colectivo para más de dos millones de personas que están al borde de la hambruna. Recientemente el Programa Mundial de Alimentos de la ONU y la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, afirmaron que se han agotado todas sus reservas de alimentos debido al bloqueo. Desde hace semanas los suministros humanitarios se acumulan en los cruces fronterizos de Gaza sin que se permita su ingreso mientras que dentro del territorio la población literalmente se muere de hambre. Las acciones de Israel son claramente una violación al derecho internacional ya que provocar y utilizar la hambruna como un arma de guerra constituye un crimen de guerra en si mismo. La catastrófica situación generada por el bloqueo es considerada la peor crisis humanitaria desde el inicio de la guerra hace 19 meses. 

Matar de hambre intencionadamente a la población es un crimen, atacar a una embarcación no violenta en aguas internacionales por tratar de ayudar a esa misma población también lo es. El mensaje es claro, cualquiera que se solidarice con el pueblo palestino es un enemigo para Israel y quien se atreva a desafiar el bloqueo para ayudar a la población de Gaza es un objetivo militar válido. El ataque a la Flotilla de la Libertad es un ataque al movimiento de solidaridad con el pueblo palestino y una extensión del genocidio que está llevando a cabo Israel en Gaza. El silencio de la comunidad internacional ante este hecho y la falta de difusión y condena del mismo es un recordatorio más de la doble moral que existe en el mundo alrededor de los crímenes de Israel.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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